Haciendo mis primeros “pininos” como abogada de negocios con apenas algunos años de ejercicio, recuerdo que un viernes en la tarde recibí una encomienda urgente de proponer "la estructura más eficiente” para realizar determinada operación de negocios.
Entré en pánico. La palabra “estructura” la relacionaba a una presentación de Power Point con gráficas de cajitas entrelazadas entre sí representando a compañías y sus accionistas, activos, operaciones y transacciones. Asociaba el concepto de estructura a la forma que se adopta para conseguir determinado resultado, pero poco entendía los criterios a considerar o el paso a paso para diseñar una estructura. Para colmo, decidí no preguntar. Honrada de que confiaran en mí este importante encargo, quería demostrar que estaba a la altura de la expectativa.
Luego de escuchar atentamente el requerimiento, me pasaron muchas preguntas por la cabeza: ¿por dónde inicio? ¿cómo puedo asegurarme de que estoy considerando todas las alternativas posibles? ¿cómo puedo validar y demostrar que cualquier recomendación sea la mejor posible? ¿cuál clase (y de qué materia) de la escuela de Derecho me perdí? ¿cómo le entra el agua al coco? - decir muy utilizado en República Dominicana para referirse a cuando se quiere llegar a la raíz o fuente de un problema o despejar alguna duda-.
Me pasé ese fin de semana en la mesa de comedor de mi casa acompañada de mi computadora y tres libros (que según yo podrían estar relacionados al objeto de mi interés), en una búsqueda insaciable de encontrar alguna clave para iniciar la labor.
Luego de mucho investigar, en algún momento entendí que no iba a encontrar ni en el buscador de internet ni en ningún libro al alcance la fórmula mágica para “estructurar”. Decidí llevarme de mi intuición y del sentido común, a partir de los conocimientos que tenía en ese momento. Y aunque el resultado de la encomienda resultó al final ser satisfactorio; quedé con un gran vacío existencial. Reconocí que tenía mucho que investigar y aprender en materia de estructuración de negocios.
Esta experiencia la recuerdo como el momento en el que me interesé en entender y perfeccionar el arte de diseñar estructuras societarias y contractuales óptimas para realizar negocios. Esta incómoda experiencia despertó en mí la necesidad de investigar y dominar las metodologías y herramientas existentes para estructurar negocios en el marco de mis estudios de maestría de Estrategia Legal del Instituto OMG.
En el 2016 presenté la tesis “Estrategia de Diseño de una Estructura de Negocios Óptima en la República Dominicana a partir de la Planificación Fiscal”. Mi objetivo fue establecer en primer lugar aquellos elementos y atributos ideales que hacen que una estructura de negocios sea óptima. En segundo lugar, demostrar que la definición de la estructura de un negocio no debe responder a un ejercicio intuitivo o basado en experiencias pasadas o precedentes. Aseverar también que no hay fórmula sacramental, y que la selección de la estructura más eficiente debe reposar en un método o proceso de toma de decisión sistémico, tomando en consideración los objetivos perseguidos y las variables específicas de cada caso. Concluí también que se debe tomar en consideración todas las herramientas disponibles no sólo en el sistema legal, sino en la dimensión fiscal, contable y financiera, lo que hace aún mas compleja la tarea. Cada negocio, transacción o emprendimiento empresarial cuenta con características particulares y por ende, para cada caso debe agotarse una metodología que proporcione una solución hecha a la medida. Era de interés para mí también poder sustentar y comprobar cualquier resultado o recomendación de forma empírica. Para esto entendí conveniente utilizar un método de análisis con un enfoque legal, contable y financiero.
He contado con la valiosa oportunidad de trabajar con mentores, clientes y proyectos exigentes, que siempre me motivaron a profundizar, a pensar con originalidad, a ser creativa, a tener una visión estratégica y aprovechar el ordenamiento jurídico para conseguir los objetivos perseguidos apoyándome de la estrategia legal. También he tenido la oportunidad de aplicar el método de análisis propuesto en numerosas ocasiones, sintiendo la gran satisfacción de encontrar y poder demostrar con seguridad cuál es la estructura óptima según el objetivo perseguido. También llegué a la conclusión que el método propuesto puede ser utilizado en cualquier jurisdicción, sobre la base de cada ordenamiento jurídico, lo que me hizo pensar que tenía el compromiso de compartir mis hallazgos con la comunidad legal y empresarial en general.
Hoy en día la forma de hacer negocios se mantiene en constante evolución, producto de los cambios de regulación, las nuevas tecnologías y la internacionalización. Ahora más que nunca predomina la necesidad de que los consultores nos mantengamos en continuo aprendizaje, fortaleciendo nuestra su visión estratégica en base al conocimiento de lo que ocurre en el mundo e innovando de la mano de las nuevas herramientas que presenta tanto el ordenamiento jurídico como las nuevas tecnologías.
Es mi interés conectar con la comunidad de negocios y jurídica para discutir y seguir explorando los conceptos más importantes que deben tomarse a consideración a la hora de tomar decisiones de negocios. Acompáñame a ser parte de esta búsqueda insaciable e imparable para entender, definir y de crear la vía óptima y segura de hacer negocios.
Key take aways:
- No te quedes con la duda. No te de vergüenza preguntar. Las preguntas adecuadas en el momento adecuado pueden ahorrar tiempo y estrés innecesario.
- Seamos honestos con nosotros mismos respecto a lo que nos falta por conocer o por explorar. Para tener buenos resultados en lo que sea que hagamos, debemos investigar y mantenernos en un constante aprendizaje.
- No hay fórmulas sacramentales para realizar negocios. Las decisiones de negocio óptimas y seguras se deben tomar para cada caso en particular partiendo de una metodología de análisis rigurosa y del conocimiento de la información relevante y las herramientas adecuadas. Es mucho lo que se encuentra en juego para no hacerlo.
